En las zonas productoras de vino, nadie durmió en las noches del 31 de octubre y del 1° de noviembre. Se preveían heladas y las heladas llegaron, y a pesar de todas las medidas implementadas para proteger los cultivos, los daños a los viñedos fueron severos. Solo en Mendoza, un informe de la Dirección de Contingencias Climáticas estimó que fueron afectadas unas 40.000 hectáreas de viñedos y frutales, de las cuales 24.000 hectáreas tendrían pérdidas del 100%.

“En la evaluación inicial, a nivel país hay un daño en el 25% de la superficie cultivada con viñedos, pero hay que esperar a después de la floración para hacer una evaluación real de los hechos. Obviamente, ha habido una helada fuerte y vamos a tener un impacto, pero hay que esperar; por ahora todo es especulación”, advirtió Alejandro Vigil, enólogo y presidente de Wines of Argentina (WOFA).

Menos producción de uva es menos vino en la góndola, y en un mundo donde reinan la oferta y la demanda los precios son muy sensibles a las malas noticias, como la de esta helada tardía, la más severa de la última década.

No son pocas las voces dentro de la industria que señalan que el año que viene podría faltar vino en algunas categorías, lo que se traduciría en precios más altos. Y si bien siempre es buen momento para guardar vino –a la mayoría, el tiempo de añejamiento en botella le viene bien–, quienes atesoren por estos días unas botellas extra de sus etiquetas preferidas estarán a reparo ante una posible escasez o ante precios elevados.

"Es un momento en el que van a empezar a circular algunas especulaciones de precios en todas las cadenas de la comercialización"

Esta semana, muchas bodegas aumentaron “preventivamente” sus precios entre un 15% y un 20%, y si se cumplen las estimaciones más negativas del impacto de la helada, puede haber un nuevo aumento en diciembre, coincidieron fuentes de la industria consultadas.

Como todo agente climático, las heladas afectaron en forma diferente a los viñedos ubicados en distintas regiones. En General Alvear, en el sur de la provincia de Mendoza, por ejemplo, las temperaturas llegaron a menos 5° y los daños a los viñedos fueron realmente graves. “Desde 1994 que no se registraban heladas tardías tan severas. Para esta época, los viñedos ya están brotados y las temperaturas bajo cero provocan estragos sobre las plantas en crecimiento”, comentó Jorge Rubio, jefe de Enología de Bodega Jorge Rubio, que señaló que los daños en General Alvear rondan el 70%, “aunque hay fincas en las que se perdió el total de la producción.”

“Teníamos una buena perspectiva de cosecha para la vendimia 2023, pero las heladas de los últimos días la harán más restringida de lo esperado –dijo Rubén Panella, presidente de Fecovita–. En los primeros análisis vemos que las zonas más afectadas no coinciden con las zonas donde se concentra nuestra mayor producción, pero el impacto es muy variable, dependiendo de la ubicación de las fincas y las condiciones del cultivo, lo que hace difícil determinar un porcentaje de afectación”.

“Claramente vamos a tener una merma importante en quintales por hectárea –apuntó Gonzalo Videla, gerente de viñedos de Rutini Wines–. Hay zonas más afectadas que otras, como es el caso de San Carlos (Valle de Uco), y variedades más perjudicadas que otras, como el Cabernet Franc y el Pinot Noir. La cosecha va a ser menor, por lo cual vamos a tener que hacer un buen uso de las estibas”.

“Si bien todavía no pudimos estimar el porcentaje del impacto final, sin dudas tendremos un rendimiento menor al esperado”, dijo por su parte Hervé Birnie-Scott, director de Bodegas, Viñedos y Enología de Chandon y Terrazas de los Andes, “A nivel general, para espumantes probablemente haya faltantes. En vino tranquilos, en nuestro caso, a pesar de haber tenido pérdidas por las heladas, esperamos poder abastecer los mercados gracias al inventario de la cosecha anterior, sumando algo más de compra de uva pero no en grandes porcentajes”.

Un dato no menor es que el impacto en la futura cosecha es esperable que afecte más a los vinos de precios bajos que a los de segmentos premium. “Venimos creciendo en volumen tanto en mercado interno como en exportación en vino premium y ultrapremium, y no veo en este momento tanto problema en ese segmento –precisó Vigil–. Si veo que hay un problema gravísimo en los segmentos más bajos, porque las zonas más afectadas, como el Este, son las productoras de volumen”.

“Los vinos de baja gama normalmente son vinos del año (que se elaboran y se consumen en el mismo año), y acá va a ser relevante el manejo del stock remanente que quede de esta cosecha y lo que se pueda obtenerse de la cosecha del año siguiente. Pero las bodegas manejan sus estrategias de venta tratando de atender a todos los clientes para que el vino no falte y llegue a todos los consumidores”, agregó Milton Kuret, director ejecutivo de Bodegas de Argentina.

Todos los actores de la industria del vino consultados coinciden en que habrá que esperar, por lo menos, al momento de la floración para ver qué porcentaje de las plantas afectadas efectivamente darán uvas. “En las heladas existen los llamados daños ocultos que no se visualizan a primera vista, pero sí dejan su sello, en menores rendimientos, en la producción de la cosecha venidera”, advirtió Alejandro Martínez Rosell, enólogo principal de la bodega Rosell Boher, cuyas fincas salieron airosas de la helada.

“Si bien el daño observado inicialmente afecta al 25% de los viñedos, puede pude pasar a ser un 40% si tengo mal cuaje [momento en que la flor de la vid deviene en fruta]. O puede ser menos, si hay buen cuaje y tengo si además hay rebrote”, explicó Vigil

Es que un factor al que están atentos en las bodegas es una eventual segunda floración de las vides, que puede aportar nuevo material para la formación de más racimos. “Todavía estamos a tiempo de que la segunda floración compense parte de la merma en los viñedos”, dijo Birnie Scott.

"Las heladas afectarán los precios en todas las categorías de vino y esto se verá reflejado en las góndolas"

Más allá del aumento observado estos días, ¿cuál será el impacto de la –aun no calculada– merma real de la producción en el precio del vino? “Las heladas afectarán los precios en todas las categorías de vino y esto se verá reflejado en las góndolas”, opinó Panella, de Fecovita. “Es esperable que si al aumento de costos general que venimos sufriendo se le suma el aumento del costo de la uva, por el faltante, el precio se vea afectado”, dijo por su parte Birnie-Scott.

Para los que planeen guardar vino, los consejos son los de siempre: colocar las botellas acostadas en lugares no expuestos ni a la luz ni al calor. La heladera, vale tener presente, no es un buen lugar a menos que se vaya a abrir pronto la botella, ya que el frío seca los corchos y puede hacer que entren pequeñas cantidades de aire que oxiden el vino.

Y si, como se estima, el segmento que seguramente sea el más afectado en la próxima cosecha sea el de bajo precio (los llamados “vinos del año”), hay que tener presente que se trata de vinos pensados para consumo inmediato, con lo cual para disfrutarlos en buenas condiciones no debería ser mucho allá que 2023-2024 en un vino cosecha 2022.

Pero incluso hay quienes proponen guardar vino de gamas más altas. “Si bien la helada repercute inmediatamente en los blancos, tintos ligeros y espumosos de la cosecha 2023, también puede arrastrar a vinos que van a salir en los próximos 3 años”, comentó Jorge Muñoz Olesti, Gerente de Negocios de Distribuidora Ley Seca.

Y agregó: “Es un buen momento para comprar vino, pero también es un momento en el que van a empezar a circular algunas especulaciones de precios en todas las cadenas de la comercialización. Yo hoy creo que hay que tratar de adquirir esos productos más caros, ya que no solo puede ser que aumenten, sino que falten”.

Copyright 2023 SA LA NACION | Todos los derechos reservados

Descargá la aplicación de LA NACION. Es rápida y liviana.

¿Querés recibir notificaciones de alertas?

Ha ocurrido un error de conexión